Tres uruguayeces
Martes, 20 Abril 2010 01:01

El consumidor de buen pasar que pagó mucho; los que no les importa nada con tal de salir en TV (y los colegas) y los padres modernos saliendo con los niños pequeños. Pude grabarme estas tres historias que pintan lo peor de la uruguayez.
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por Elbis Turí, desde cerca de Montevideo
Consumidores viajeros. Yo pago, yo exijo

Incorporado en el jefe, fui a un lujoso hotel de Montevideo donde un operador mayorista reunió a un numeroso grupo, próximo a viajar a un destino exótico, para informarles acerca de los diversos aspectos del viaje pero, fundamentalmente, para alertarlos respecto a algunas disposiciones de último momento (recibidas las noticias el mismo día) en lo que respecta a disposiciones sanitarias.

En primer lugar, la representante diplomática del país de destino, haciendo un gran esfuerzo por leer en español, utilizó gran parte de sus diez o quince minutos de discurso, en hablar de todo lo bueno que había hecho su país para brindar seguridad a sus visitantes; abundó en datos hablando todo el tiempo de lo mismo, seguridad...

El operador,empresa seria de verdad, buscando cubrir hasta el más mínimo detalle, no tuvo mejor idea que llevar a un profesional, responsable del área gubernamental nacional que rige los menesteres sanitarios y el hombre, con una gran audiencia, en un cinco estrellas, con platea llena, empezó a hablar y no lo paraba nadie.

Para la Fiebre amarilla, vacuna obligatoria, por pasar en tránsito por Argentina o Brasil y además,  recomendación de ingerir las tabletas contra la Malaria y de vacunarse contra el Sarampión y la Rubeola...

"Esto es discriminación, si somos un país libre de fiebre amarilla ¿por qué debemos vacunarnos?, nosotros viajamos todo el año a Argentina y a Brasil, esto es un disparate...", dijo uno de los que estaba sentado adelante, muy bien vestido y con pinta de "viajado", sin importale nada que la obligatoriedad, fue dispuesta por el país anfitrión.

"Ta fenómeno, ahora que ya pagamos nos dicen esto, si lo hubiésemos sabido antes...", apuntó otro que estaba cerca.

Pero el colmo fue cuando una de las pasajeras, de espaldas a un recipiente con números para un sorteo,que otorgaba un pasaje aéreo al país de destino del grupo, sin mirar, escogió uno y la suerte quiso que el mismo fuera...¡el de su hijo!.

"¡Acomodo!, se escuchó en el elegante salón.

Luego de haber acompañado tantos grupos en mi vida y habiéndome convertido por ello, en casi experto sicólogo de viajeros (o por lo menos "catador" de personalidades de viajeros, puedo augurarle al amigo operador, un viaje nada fácil, con un grupo bastante difícil y además, adquirentes de un paquete cuyo precio de mercado no es nada barato, lo que siempre le ha dado a los compatriotas patente de "aquisehaceloqueyodigo". Como dicen los chicos "suertenpila".


Los loritos de Don Vito


Habitualmente vamos con la patrona a comer a esa esquina de la peatonal de Atlántida y en eso estábamos ayer, cuando comenzamos a escuchar tremendo revuelo infantil cerca nuestro, alrededor de dos loros acomodados en una estructura de madera, en medio del salón.

Por ese lugar deben pasar los mozos cuando vienen y van a la cocina. Había que verles la cara cuando debían frenar para no pasarle por encima a los nenes; uno de ellos cada vez que llegaba, gritaba "permisoooo", obviamente, no a los chicos, seguramente esperaba que lo oyeran los padres de los chicos.

Los nenitos, excitados por la presencia y cercanía de los dos parlanchines (unos fenómenos, el chau chauuuuuu de Tinelli y el silbido de homenaje al paso de una mujer bella, impecables), gritaban, corrían de un lado al otro, se reían y cada uno de ellos, le daba a los loros, grisines, galletas y pan. Eran como seis o siete "almitas de Dios", en esa práctica.

Al rato (más de una hora en esa situación),los mozos estaban como locos, esquivando como Messi, los loros, gritaban, aleteando, dejando caer de sus picos el pan, las galletas, los grisines, moviéndose de un lado al otro y seguramente, sin poder creer lo que les estaba pasando y los padres de los nenitos...los padres de los nenitos...¿los padres de los nenitos????????, comiendo tranquilamebte, bebiendo su vinito o su cervecita y disfrutando de lo "sueltos" que eran sus nenes.

A mi ya me había empezado a caer mal la pasta, mi señora se fue a fumar "afuera", sin reparar que estábamos sentados a una mesa ubicada en el deck, sobre la vereda y el mozo que gritaba permisooooo, estaba afónico.

Entonces, vi venir a una mamá decidida, dirigiéndose a uno de los "infiernitos" y pensé: "¡por fin!, alguien que se apiada de los pobres loritos"...entonces, la señora llegó al lado de su hijo y le dijo: "no te acerques tanto, no le pongas la cara, te puede picar..."


Todo vale por el rating


Juro que fue en el mismo noticiero central de uno de los canales privados, creo que el viernes pasado.

Mostraron a la madre de un niño de 10 años que había sido violado, exigiendo un examen para saber si el violador tenía o no SIDA.

Era una mujer joven que argumentaba lo que decimos y al instante, otra mujer, mayor que la primera, diciendo exactamente lo mismo que la primera. No me quedó claro si eran dos niños violados o dos personas que hablaban del mismo caso, sobre un gráfico que decía "madre de niño violado reclama examen al violador".

El asunto es que ambas, aparecieron en TV a cara descubierta, "escrachando" de esa manera, públicamente, al/los niño/s violado/s.

Pongamos que las señoras en cuestión estaban indignadas de verdad (¡cómo no estarlo¡) y no tomaron en cuenta su exposición pero...¿y los colegas de la TV?.

En el bloque siguiente, un recluso al que por retraso burocrático, no le habían otorgado la libertad en la fecha anunciada, se había encaramado a una torreta en el establecimiento de detención, amenazando con saltar y desde abajo, su madre, que había ido a visitarlo, le pedía por favor que desistiera, que no se lastimara, que esperase, que ya le iban a firmar la libertad.

Para la anécdota, el recluso se "dejó convencer" y no saltó.

Eso sí, los editores del noticiero se encargaron de distorsionar su rostro para que no fuese reconocido y a su madre, el cámara la enfocaba de espaldas, sin mostrar su cara...


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