por Damián Argul, desde Carrasco, Uruguay

No inventamos nada, por eso no nos extraña la noticia que los hoteles Marriott de Erie, Pennsylvania ( Courtyard y Sheraton Four Points) ya están aceptando reservas para los que  quieran presenciar el eclipse solar que tendrá lugar dentro de siete años.  

Así se hacen, y también se hicieron, las cosas en los EEUU antes del reciente eclipse Solar total.

Gracias a esto, muchas pequeñas ciudades recibieron una cantidad de visitantes sin precedentes: entre los 10 y 12 millones de turistas.

Se colmaron  todos los alojamientos disponibles y algunos hoteles terminaron cobrando 500 dólares por habitaciones que normalmente se alquilan a setenta.

Entre otros, se señala el caso de Madrás, Oregón   una pequeña localidad de siete mil habitantes que recibió cien mil turistas. Ubicada en un valle entre dos cadenas de montañas aseguraba un cielo despejado que permitía una mejor contemplación del fenómeno astronómico.

Para muchos habitantes de Madrás, el acontecimiento fue como literalmente otro regalo del cielo. Trisha Hansen, por ejemplo, una empleada bancaria que acababa de perder su empleo, organizó en su chacra un parking para 800 vehículos cobrando 200 dólares por cada uno. Algunas casas se alquilaron en miles de dólares, se vendieron  camisetas, recuerdos de todo tipo y muchos comercios agotaron sus stocks de artículos de primera necesidad.

Madrás – llamada ahora Eclipseville - puso lo suyo: colocó dos torres para celulares, alquiló 500 baños portátiles, solicitó guardias a localidades vecinas, organizó eventos paralelos, abrió un centro de informes.

Tal cual lo sugeríamos en nuestra ya mencionada columna, todo “producto” requiere una página Web, y  la pequeña Madrás tuvo la suya con una muy completa  información.

También hubo varias páginas web de la NASA y otras organizaciones federales locales, así como distintas aplicaciones para guiar a los visitantes.

Finalmente, un apunte sobre el papel de los medios durante el eclipse del pasado 21 de agosto en EEUU. La cobertura fue masiva y completa, ocupando primeras planas de todos los medios de comunicación antes, durante y después del evento. Las noticias cotidianas pasaron a un segundo plano y por eso se movilizó tanta gente y se movilizará aún más en los próximos eventos astronómicos.

En esos días en Uruguay también se celebraba la Noche de la Nostalgia, pero las noticias se refirieron, con escasas excepciones,  a los controles de alcohol y drogas, lo que está muy bien, aunque  no pueden ser tan predominantes, ya que más parecía anunciar una catástrofe  que “la gran celebración uruguaya”.

Fuentes: CBC News, New YorK Times, Travel Weekly.

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