Cuando el Agente de Viajes era “nuestro mejor amigo”
Domingo, 03 Septiembre 2017 20:22

Cuando el Agente de Viajes era “nuestro mejor amigo”

El slogan de Panam utilizado por muchas otras Aerolíneas ya es, como la propia Panam, historia. Los tiempos han cambiado, la relación de las aerolíneas con las agencias ya no es la misma y las Aerolíneas y las Agencias tampoco son las mismas.

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por Damián Argul, desde Carrasco, Uruguay

 

Existen temas urticantes, y un ejemplo lo constituye la política de cobro de algunos fees o cargos o multas por cambios y servicios adicionales.
 
Los “fees”- dice la revista Money - "surgieron en l998 para enfrentar la Gran Recesión y los constantes aumentos del petróleo”. Pero ahora que la situación ha mejorado y refuerzan sus economías, todo parece indicar que los fees se quedarán y por algún tiempo.

 

Es preciso reconocer que las aerolíneas están tratando de mantener las tarifas e incluso hacen a menudo ofertas muy ventajosas. Por esta razón, en una reciente encuesta entre viajeros de negocios de EEUU, estos afirmaron preferir seguir abonando esos cargos suplementarios a enfrentar subas de tarifas.  

 

También es cierto que hoy día son muchos los viajeros que los ven como naturales, ya que no conocieron otras épocas y otros , pasajeros frecuentes, ya se han acostumbrado a ellos e incluso encontraron algunas formas de evitar esos cargos.

 

A los más antiguos nos cuesta entender el hecho que- por ejemplo- cuando ya en pleno vuelo no se permite cambiar de asiento en la misma clase y con los mismos servicios, “porque ese otro asiento es más caro”.

 

Si para los pasajeros las cosas están bastante bien, no pasa lo mismo con los Agentes de Viaje, que señalan, por ejemplo, el hecho que se cobre un cargo adicional cuando hay alguna letra cambiada en el nombre o el apellido en el billete de un pasajero. O sea que si te llamás Messi y está escrito Mesi o si te llamás Miriam y está escrito Myriam, para corregir el nombre hay que pagar una multa que puede ascender a varios cientos de dólares e incluso costar lo mismo que el pasaje.   

 

Si el Agente no advierte el error y reemite el pasaje, el fee lo paga el pasajero al embarcar, con el consiguiente disgusto para todos.

 

Hace unos años un problema así no existía y si existía bastaba con poner una nota en el PNR y fin del problema.

 

Se puede entender que en este momento se sea más estricto por razones seguridad, También comprender que la acción de poner un mensaje en el PNR o modificar una letra pueda costarle a la empresa 5 o 10 dólares e incluso que ese importe se duplique y se cobre 10 o 20 dólares. Pero llegar a varios cientos de dólares parece ser algo abusivo y posiblemente no compense la insatisfacción de los clientes, especialmente los “mejores amigos, los agentes de viajes”.

 

Todo parece indicar que para éstos la posibilidad de negociar con las líneas aéreas son muy limitadas  por falta de interlocutores válidos en ambas partes. Aquí es donde las corporaciones pueden influir notablemente, y de ahí la necesidad de contar con Asociaciones Nacionales e Internacionales fuertes y, a través de ellas, negociar directamente con las líneas aéreas, localmente con las casas matrices o las instituciones llamadas a zanjar diferencias.

 

Como ya hemos señalado en otras oportunidades, en Uruguay, a nivel corporativo, las Agencias de Viajes han perdido el protagonismo que tuvieron en otras épocas y su presencia y visibilidad son prácticamente nulas sin considerar, obviamente, la publicidad que realizan algunas empresas.

 

Para esto hay que comenzar prestando un fuerte  apoyo a AUDAVI, una asociación creada en 1951 con el objetivo expreso de: “Jerarquizar la actividad del agente de viajes en su calidad de profesional del turismo y defender los derechos e intereses de sus asociados en el marco de la más alta y estricta ética comercial.”

 

¿Se hará?
    

Portal de América

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