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Mafia Tours: el horror como atractivo
Miércoles, 05 Abril 2017 00:01

Trápani Trápani

Visitar París poco después de la muerte de la muerte de la Princesa Diana y no atravesar el Pont d’Alma, donde se accidentó, no fue fácil, pero nunca nos arrepentimos.

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por Damián Argul, desde Carrasco, Uruguay

 

Tampoco nos arrepentimos de haber visitado sitios como el Motel Lorraine Memphis, Tennesee, donde fuera asesinado el Doctor Martin Luther King, transformado en el impactante Museo de los Derechos Civiles, o de la visita a Dachau, el campo de concentración nazi ubicado a pocos kilómetros de Munich. Sin carteles ni nada explicativo, la simple vista de sus instalaciones resulta espeluznante, pero lo verdaderamente aleccionante fue encontrar a pocos metros el coqueto y prolijo pueblo donde, posiblemente, muchos de sus habitantes convivieron con tan cercano horror. Sentimos que algo así puede sucederle a cualquier pueblo si se dan condiciones similares. Se entiende aquí “la banalidad del mal” que expresa magníficamente Ana Arendt, sin eximir de culpa a los actores.

 

 Dachau

 

Otras visitas como pueden ser la de Chernóbil o los Tours post-Katrina, que tanto disgustaron a los habitantes de Nueva Orleans, no nos resultan nada edificantes.

Chernóbil


La ciudad de Chicago que una vez alentó, y lo vimos, el turismo de la Cosa Nostra, trabaja desde hace años, al influjo de su Cámara de Comercio para borrar ese pasado y sus huellas, haciendo desparecer lugares históricos como el almacén de la calle North Clark donde ocurrió la matanza de San Valentín. Lo que se ve ahora son malas recreaciones de las historias de Al Capone y sus muchachos.

San Valentín

 

Tampoco Dallas quiso ser recordada como la ciudad donde se asesinó al Presidente Kennedy, pero la popularidad de éste transformó la Plaza Dealey en un lugar de culto y el depositó de libros desde donde disparó Lee Harvey Oswald hoy se ha transformado en el popular Sixth Floor Museum.

 

Recientemente, según informa la revista Condé Nast Traveler, una agencia de viajes siciliana, con sede en la ciudad de Trápani, está aprovechando la tumultuosa historia de la Cosa Nostra, para ofrecer recorridos temáticos, donde los turistas van a visitar el museo de la mafia, las antiguas propiedades de los capos más notorios y hacer una parada en el pueblo de Corleone, inmortalizado en las películas El Padrino de Francis Ford Cóppola. Este idílico pueblo ocupó los titulares de prensa cuando en agosto de 2016, el gobierno federal ordenó la disolución de su Ayuntamiento al estar infiltrado por la mafia. No fue la primera vez. Corleone ya tuvo notoriedad en los años 90 por ser la ciudad de Totó Riina – capo mafioso – conocido como La Bestia y su grupo llamado los Corleonesi.

Como era de suponer, muchos sicilianos no están contentos con estos grupos turísticos, que explotan una triste historia (y un triste presente) y afectan la vida de muchos lugareños. Maria Falcone, hermana de un juez asesinado por la mafia en 1992, dijo a The Local que el itinerario “insulta al dolor de las víctimas y es una bofetada en la cara a aquellos que cada día de trabajan para erradicar la cultura de la mafia”. Por su parte. Vito Damiano, el alcalde de Trápani, al parecer ha exigido el cierre de la página web de la agencia de viajes. Ésta,a su vez, afirma que los viajes en realidad son antimafia y ayudan a crear conciencia acerca de la influencia de tan nefasta organización que a menudo influencia la política de Sicilia y la vida cotidiana. Pese a estas declaraciones el rechazo de la población local sigue en aumento.

La excursión “Corleone”- informa CNT- tiene un precio de € 100 ) y 50 € según se trate de día completo o medio día.
“Las atracciones – concluye el articulista – no siempre son atractivas”.

Por cierto que tomar este tour poco o nada agrega a quien visita esta isla que cuenta con un inmenso patrimonio histórico cultual, espectaculares paisajes, magníficas playas y una riqueza gastronómica envidiable.
Pero, como dice Fernando Muñoz Escalona (nuestroturismo.com) en el turismo “la experiencia es el producto” y la búsqueda de ellas puede no tener límites Lo que si tiene límites es el tiempo que dura el interés. El Teatro Ford donde John Wilkes Booth asesinara al Presidente Lincoln ya no figura entre las principales atracciones de Washington D.C. “Le Temp est un Gentilhome”.

Portal de América