por Damián Argul, desde Montevideo

Más allá de la exactitud de las cifras  estos records dejaron de manifiesto tres problemas endémicos del Turismo Uruguayo:

- Excesiva dependencia de mercado argentino.
- Marcada estacionalidad.
- Las diferencias en el mercado de cambios que pueden determinar sensibles aunque no dramáticas, variaciones en la llegada de viajeros y el gasto que éstos realizan.
 
Estos éxitos y problemas nos hicieron esperar con expectativa los recientes discursos del Presidente de la República y el del líder de la oposición.
Tabaré Vázquez se refirió como es lógico brevemente a los éxitos y murmuró algo muy vago sobre el futuro de nuestro turismo.
Por su parte al día siguiente Luis Lacalle Pou, omitió al turismo en el paquete de medidas sugeridas.
Al parecer todo está muy bien. Seguiremos dependiendo del turismo argentino, sufriendo de la estacionalidad y a la espera de que en la comparación de precios resultemos favorecidos.
Una vez Wilson nos dijo durante su exilio en Londres, que en esa ciudad se había dado cuenta de la importancia del turismo y los servicios, agregando que en Uruguay la clase política solo apostaba al agro y a la industria. Todo parece indicar que varios años después todo sigue igual.
Se dice que uno de los síntomas de la locura es esperar resultados diferentes luego de hacer siempre lo mismo.  
Quizás nosotros, al esperar con estas críticas resultados diferentes, también estemos locos.

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