Demostración de evacuación parcial de ALAS Uruguay: el relato
Domingo, 27 Septiembre 2015 12:33

Demostración de evacuación parcial de ALAS Uruguay: el relato

La jornada de este viernes 25 de setiembre marcó el comienzo de la cuarta fase del proceso de certificación de ALAS Uruguay, una de las etapas decisivas para la obtención del certificado de operador aéreo (AOC) para el cual el equipo de la compañía trabaja intensa e incansablemente desde hace unos 16 meses. 

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por Alejandro Spera, @alejandrospera

Esta fase llamada de “demostración” consiste en llevar a la práctica lo estipulado en los manuales que fueron sometidos a la mirada minuciosa de la Autoridad Aeronáutica durante la fase anterior.  El intercambio sobre los contenidos del Manual de Operaciones, Manual de Control de Mantenimiento, Programa de Mantenimiento de las Aeronaves, Manual de Vuelo del Avión, Lista de Equipamiento Mínimo (MEL), Manual de Tripulante de Cabina, Manual de Estación, entre otros, llevó más de 6 meses de ajustes, modificaciones e incorporaciones con el objeto de cumplir los ambiciosos requisitos establecidos en la nueva reglamentación latinoamericana (LAR) adoptada por el Uruguay en 2014,  elevando así el estándar de seguridad operacional.  A partir del cierre de los aspectos documentales y la obtención del certificado de aeronavegabilidad del avión matriculado CX-OAB, el solicitante obtuvo las condiciones para solicitar la realización de la demostración de evacuación parcial ante la Autoridad.


Afortunadamente, esta decisión fue muy expeditiva por parte del equipo de certificación de la Autoridad Aeronáutica liderado por el Comandante Oscar Rivero, y se acordó la realización de la primera prueba en tierra para el día siguiente de liberado el certificado de aeronavegabilidad del avión.

En la demostración se debe verificar que se completó adecuadamente el Programa de Instrucción en emergencias del solicitante al tiempo que se debe validar la competencia de las tripulaciones.  Para ello, ALAS Uruguay recibió la  instrucción por parte de sus colegas ríoplatenses del Centro de Formación y Entrenamiento de Pilotos de la República Argentina (CEFEPRA) y de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), quienes llevan adelante la capacitación de más de 5.000 profesionales de la industria aeronáutica regional y cuentan con infraestructura acorde a las necesidades del Uruguay, incluyendo simuladores de fuego, “mock-up” de aeronave, simuladores FFS y estáticos para pilotos para diferentes equipos Boeing, Embraer y Airbus. 

Otro objetivo a cumplir en esta etapa de demostración es la validación de las habilidades de la tripulación de vuelo y tripulantes de cabina en la realización de los procedimientos de emergencia.  Para ello, se simula una maniobra de emergencia imprevista conocida como RTO, por su sigla en Inglés (Reject Take-Off) o despegue abortado.  Este tipo de emergencia es imprevista, por lo que se trata de una situación que debe resolverse a partir de la preparación y configuración para un vuelo normal, lo que incrementa el nivel de dificultad. 

El simulacro prevé un máximo de 15 segundos para la realización del protocolo de emergencia establecido y la apertura del 50% de las puertas en emergencia con el despliegue de los toboganes-rampa de evacuación.  La Autoridad Aeronáutica realiza previamente un sorteo que asigna qué puertas quedarán bloqueadas, y se acuerda el uso de un estímulo luminoso (linterna roja) para indicar las salidas inoperativas durante el simulacro.  Estas exigencias, sumadas al factor sorpresa y la presión por la limitante en el tiempo crean una situación muy estresante para la tripulación (que es elegida al azar a partir de un sorteo inicial) y es sometida al control estricto de un equipo de 7 inspectores dispuestos en todas las áreas críticas de la aeronave, atentos a cada procedimiento, accionando sus cronómetros durante la simulación.

Finalmente, debe verificarse que los equipos de emergencia de la aeronave se encuentren en las condiciones de calidad establecidas en la especificación del fabricante.  Para ello, se realiza un chequeo pre-vuelo de todo el equipamiento del avión, tras lo cual, en el simulacro se verifica el funcionamiento real de los toboganes a partir de la apertura de las puertas en situación de emergencia.  

Si fallara cualquiera de los tres objetivos la demostración no resultaría aprobada.

La previa al evento transcurrió con un alto grado de nerviosismo por parte de los involucrados, tripulantes, personal de rampa, mantenimiento y autoridades de la empresa.  Sin embargo, cada detalle había sido cuidadosamente planificado, por lo que el equipo técnico confiaba plenamente en que aprobarían esta instancia histórica para la novel compañía aérea.

Las condiciones del simulacro incluyen una situación de oscuridad, por lo que el hangar principal de ALAS Uruguay — cercano a la plataforma de la terminal antigua del Aeropuerto de Carrasco — y el avión Boeing 737-300 matrícula CX-OAB se encontraban en penumbras.   Un perímetro de seguridad restringía el acceso únicamente a aquellos que participarían directamente del simulacro: pilotos, tripulantes de cabina e inspectores de la DINACIA. 


Inicialmente, se realizó la presentación oficial del simulacro, y se dispuso la realización del sorteo de los participantes y las salidas a bloquearse. Acto seguido la tripulación comenzó con el “briefing” (aleccionamiento) de seguridad previo al simulacro del vuelo. 

A las 20:00 horas, la tripulación ya estaba en sus puestos próxima a comenzar su actividad en el vuelo normal que sería sometido a la emergencia RTO.  

Mientras el silencio, el respeto y la ansiedad se mezclaba con los destellos de los chalecos reflectivos de algunas decenas de personas que contemplaban la actividad desde fuera del perímetro de seguridad, se accionó una bocina que marcaba el inicio de la cuenta de los cronómetros.  Inmediatamente, se pudo observar la rápida apertura de la puerta principal del avión y la puerta trasera, ambas sobre el sector izquierdo del avión, seguidas por el estruendo del inflado de sus toboganes y la absorción del aire por las válvulas “venturi” que complementan el inflado, proceso que se completó en menos de 6 segundos.  Aquí se verificó que el equipo se encontraba en óptimas condiciones de funcionamiento. 


Finalmente, cuando los toboganes estaban completamente desplegados o “listos para el uso”, es decir, en condiciones de comenzar una evacuación total de la aeronave (si hubiera habido pasajeros a bordo), el cronómetro marcaba unos 11 segundos.

Se escucharon los comandos de voz de la tripulación de cabina durante al menos 3 minutos antes de que se hiciera sonar nuevamente la bocina, que marcaría el final del simulacro.  “Suelten los cintos y salgan. Release your seat-belt and get out!”, “Por aquí, salgan. Aléjense. This way, get out! Go Away” repetían fuerte y claro los tripulantes…

Más tarde demostraron la apertura de las ventanillas de emergencia sobre las alas, como broche de oro para la demostración de evacuación que fue aprobada sin observaciones.

La semana próxima se realizará una inspección pormenorizada en diferentes áreas de servicio en tierra, incluyendo Despacho, Mantenimiento y Operaciones, para luego comenzar con los vuelos de prueba hacia destinos como Santiago de Chile y Asunción del Paraguay.  Desde el PDA, seguiremos brindando nuestros relatos exclusivos en el desarrollo de estas instancias que llevarán a ALAS Uruguay a constituirse en el primer Operador Aéreo certificado bajo la reglamentación LAR en nuestro país. 

Portal de América

Comentarios  

Alejandro, felicitaciones por el trabajo. Sòlo una aclaraciòn, los Reglamentos latinoamericanos fueron adoptados hace años, y en el àrea de Operaciones de Aeronaves no tienen cambios sustanciales con los reglamentos antes vigentes. Conozco que en el àrea de Aeronavegabilidad han habido cambios, no sè si mayores o no. Algunos paises han tomado este modelo al pie de la letra. Uruguay ha impuesto cambios que estimo son buenos. De todas formas lo que prima es el Còdigo Aeronàutico (no olvidarse) por si existe alguna discrepancia. Exitos !

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