La cálida tradición de saludar al avión
Jueves, 28 Mayo 2015 18:09

La cálida tradición de saludar al avión Foto: Gentileza LCL Photography
En la aviación comercial, la confraternidad entre los colegas se transmite de generación en generación.  La forma más simple, cálida y noble de expresarla es a través del saludo.

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por Lic. Alejandro Spera - @alejandrospera

Los viajes significan momentos felices e inolvidables para la gran mayoría de los viajeros.  El personal que se encarga de llevar adelante sus tareas con el objeto de gratificar a millones de personas alrededor del mundo, lo tiene muy presente, y hace lo imposible para compartir esa pasión de su trabajo con alegría.  En el artículo “¿La aviación es un estilo de vida o un trabajo?” decíamos que “las aerolíneas unen cientos de historias, familias, esperanzas y oportunidades en cada vuelo que despega desde un aeropuerto.  Todo ello es posible gracias al capital humano que trabaja con pasión para que la experiencia de volar sea placentera.  Es usual escuchar a bordo frases como “póngase cómodo, relájese y disfrute del vuelo”.  Este leit-motiv de la industria apela a la serenidad, dejarse llevar por las emociones positivas y descansar.  Nada de esto es casualidad, durante décadas se ha entrenado al personal de contacto a brindar una atención cálida…

El saludo al momento de la despedida involucra gestos de afecto, cariño y nostalgia.  Se dice que, cuando un uruguayo parte desde el Aeropuerto Internacional de Carrasco, al menos seis allegados van a acompañar su despedida.   Sin embargo, en los aeropuertos del mundo, no sólo saludan familiares y amigos a los pasajeros y al avión que se va.

Leonardo Correa Luna, un amigo que ha llevado adelante una exitosa carrera como piloto en el mundo Oriental —que unió su pasión de volar con la fotografía aeronáutica de aire “retro”— cuenta sus historias a través de las fotos.   Justamente, la imagen que hoy ilustra este artículo (recomendamos visitar su página web www.lclphotography.com) es el disparador de su relato: “luego de hacer el Push Back (retroceso de la aeronave) cuando el mecánico se retira de debajo del avión y da la señal de que está libre para empezar a rodar… siempre se queda saludando a los pasajeros hasta que el avión se va. Es una linda tradición que se mantiene en China hasta nuestros días…” Por su parte, Álvaro Pérez, comandante uruguayo que desempeña su profesión por Perú, asegura que lo mismo sucede por esa región latinoamericana. 

El saludo al avión siempre ha estado presente.  Hervé Villechaize —quien interpretó al querido personaje “Tatoo” de la popular serie “Isla de la Fantasía” (1978-84)— acostumbraba anunciar la llegada de los visitantes a la isla con su frase "¡el avión, el avión!" mientras repiqueteaba una campana.



Hacia nuestros días, el monje José del Monte Athos en Grecia, flamea la bandera griega a orillas del mar Egeo cada vez que un avión de la Fuerza Aérea de aquel país vuela por encima de su monasterio.  Los pilotos, en calidad de homenaje al que es considerado el “Patrono de los Pilotos”, realizan un sobrevuelo a baja altura, en respuesta a su saludo.  El famoso monje, que recibe peregrinos aeronáuticos en su humilde locación, expresa que “la sensación de compromiso que siento cada vez que vuelan por sobre mi capilla es indescriptible.  Algunos pilotos han llegado hasta aquí para abrir sus corazones.  Yo siento que gracias a mis palabras, en el nombre de Dios, les dará más coraje para defender a nuestra querida Grecia”.



Cuando yo era chico, la vieja terminal de nuestro principal aeropuerto aún tenía una terraza hacia el exterior, desde donde se podía ver a los pasajeros abordar el micro que los llevaría hasta la posición de parqueo del avión en la plataforma.  Allí iba a despedir a mi padre, que acostumbraba viajar frecuentemente hacia el primer mundo.  Como forma de identificar el saludo de nuestra familia a lo lejos, movíamos la mano hacia arriba y abajo, en lugar de lo habitual hacia los costados.  Mi padre, una vez en el interior del avión, subía y bajaba la cortina de la ventanilla antes de iniciar el taxi-out de la aeronave.  Así se prolongaba el gesto de la despedida, hasta que el avión iniciaba su carrera de despegue y lo perdíamos de vista…



Hoy día, cada vez que escucho el sonido de las turbinas que sobrevuelan el lugar donde estoy, miro hacia el cielo como volviendo a saludar.

Portal de América


Comentarios  

Querido Alejandro, muy lindo artículo para recordar a mi gran amigo Antonio, tu padre.
Saludos

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